VINOTECA: COMO LOGRAR LOS MEJORES MARIDAJES
Si pensamos en la gastronomía del Uruguay, hay un plato emblemático que siempre nos viene a la mente: el asado a la leña. Técnicamente, es un agrupamiento de diferentes cortes de carne vacuna, de cerdo, de pollo y achuras, que se cocinan en una parrilla. Uno de los encantos del asado uruguayo, además de su incomparable sabor, es el ritual de compartirlo con la familia o con amigos. Esto aporta una magia especial a este plato tan vinculado a nuestra cultura. Nadie o casi nadie prepara un asado para sí mismo. El asado es motivo de reunión, de agasajo.
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Su origen se remonta a la época de la colonia. En el siglo XVIII, los criollos empezaron a asar la carne del ganado. Los gauchos se destacaban en la labor de la faena, y las colocaban en palos que clavaban en el suelo, inclinados sobre una fogata. Las técnicas de preparación son numerosas: podemos decir que en cada uruguayo hay un asador real o en potencia, y esto es motivo para discutir las técnicas, los métodos, los tiempos y los consejos para la preparación. Puede ser a la parrilla, en vara o en asador criollo infiernillo. Lo que nunca se discute es el momento, ya que una pequeña iniciativa alcanza para iniciarlo.
El vino potencia el sabor del asado, y nada como una cepa tinta para acompañar este ritual tan nuestro. Sin embargo, no es lo mismo si en la parrilla también hay achuras o solo cortes magros. Por lo tanto nos vamos a detener en algunas sugerencias para complacer a todos los paladares.
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